Y Patti Smith es santa en el reino de los malditos, de los malditos refractarios, de los malditos refractarios que suben a las antenas de los televisores para ver el horizonte que miran los gatos sobre un tejado. De zinc color blanco azulado que arde en aire con llama verde. Caliente. A saltos.
Y en verdad el cristal estaba empezando a deshacerse, como si de una niebla plateada y brillante se tratara. Al instante, Alicia había traspasado el espejo y se había dejado caer con suavidad en el salón de la casa del otro lado. Alicia a través del espejo, Lewis Carroll
martes, 2 de febrero de 2016
Y Patti Smith es santa en el reino de los malditos, de los malditos refractarios, de los malditos refractarios que suben a las antenas de los televisores para ver el horizonte que miran los gatos sobre un tejado. De zinc color blanco azulado que arde en aire con llama verde. Caliente. A saltos.
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martes, 12 de enero de 2016
Cinco años
Empujándose en el mercado, muchas madres miraban.
Las noticias estaban llegando, nos quedan cinco años para llorar.
El repartidor de noticias lloró cuando nos dijo que la Tierra realmente estaba muriendo.
Oí teléfonos, la Casa de la Ópera, melodías favoritas.
Vi niños, juguetes, planchas eléctricas y televisiones.
Me duele el cerebro como un almacén, no tiene lugar disponible.
Tuve que aprender tantas cosas para acumularlo todo ahí.
Y toda la gente gorda-flaca, y toda la gente alta-baja,
Y la gente insignificante, y la gente importante.
Nunca creí necesitar tanta gente.
Una muchacha de mi edad se volvió loca, golpeó a unos niños pequeñitos.
Un soldado con un brazo roto, clavó su mirada en las llantas de un Cadillac.
Un policía se arrodilló y besó el pie de un sacerdote,
Y un maricón vomitó al ver esto.
Creo que te vi en un puesto de helados tomando batidos fríos y largos,
Sonriendo y meciéndote y viéndote tan bien, no creo que supieras que estabas en esta canción.
Y hacía frío y llovió y entonces me sentí como un actor
Y pensé en mamá y quise volver allí.
Tu cara, tu origen, la manera como hablas.
Te beso, eres hermosa, quiero que camines.
Tenemos cinco años clavados en mis ojos.
Tenemos cinco años, qué sorpresa.
Tenemos cinco años, me duele mucho el cerebro.
Tenemos cinco años, eso es todo lo que tenemos.
David Bowie, 1973
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